¿REALMENTE PODRÉ HACERLO?

Esta es la pregunta que muchas personas se hacen al empezar un plan de alimentación saludable, la palabra temida es: «hacer dieta», lo que no saben es que la palabra dieta proviene del griego dayta, que significa ‘régimen de vida’, y es el conjunto de hábitos alimentarios de cada persona, sea correcta, variada, saludable…depende de muchos factores, no te preocupes estar a «dieta» no es lechuga y pollo.

Llegan muchos temores, miedo al fracaso, a veces incluso tristeza, desanimo y ansiedad por pensar que no podrás comer esos maravillosos postres con nata por encima o tu plato favorito: patatas con huevo y jamón serrano llamado «antojo».

Y es ahí cuando decides abandonarte y prefieres quedarte ahí donde estas con una actitud de negación creyendo que esto no es para ti y será imposible. No hay nada imposible y yo estaré para ayudarte en tu camino.

Acompañarte en este proceso que entiendas que no hay nada imposible, hacerte ver que privarte de TODO no es la solución, dar el cuidado y nutrición que nuestro cuerpo se merece porque nos acompañará el resto de nuestra vida.

Con unos objetivos marcados y claros, una conversación entre tu y yo podemos hacer que todo ocurra, lo único que falta eres y tu decisión, ¡TÚ puedes con todo y más!

EMPEZAR MI CAMBIO

                               Y te preguntarás ¿Quién soy yo?

Esa palabra es complicada de definir ya que en mi vida he tenido tantos cambios que es difícil de explicar, empecemos por algo…¿Quién era yo?

Me llamo Cristina Romero, una chica alocada que creía que sin terminar sus estudios y trabajando en una pizzería o en un hotel sería suficiente, estudié peluquería durante dos años y después un curso que mi madre me pagó a duras penas ya que la cosa no iba muy bien, de auxiliar de clínica veterinaria, la cual tuve suerte ya que me llamarón y he estado trabajando durante 18 años, pero…¿Y porque no me quedé en esa comodidad de tener un trabajo fijo? Pues no fue fácil decidirlo pero empecé estudiar durante 3 años , persiguiendo un sueño, a la vez que trabajaba, ya que no terminé el colegio, tenia que hacer el acceso a la universidad primero y después el grado superior de dietética.

Fueron años verdaderamente difíciles para mi, levantarme de 5 a 6 de la mañana para después entrar a trabajar, recorte salidas con mis amig@s, con familia y en vez de hacer rutas de senderismo, me quedaba estudiando, aun así, siempre intentaba hacer algo que me gustaba para despejarme, como ir al gimnasio, o a la playa. Pero mis ganas de hacer lo que soñaba, podían mas que todo eso. Cuando habían fechas de fiestas o por ejemplo feria o semana santa y estaba soleado yo no podía salir y a veces incluso llegué a llorar.

Las clases presenciales en Sevilla; algunos fines de semana, para completar y aprobar las asignaturas fueron muy interesantes, pasaba allí desde el viernes noche hasta el domingo, me llevé a personas que a día de hoy son una compañía y apoyo que agradezco muchísimo. Me recordó a mi época de estudiante en el colegio.

Y por fin y después de 4 años (ya que también hice un curso de administración de oficinas) aprobé y me saque el titulo, cuando empecé a atender, que la gente iba teniendo unos resultados increíbles, que se sentían mejor, que perdían peso sin restricciones exageradas; como las que hay hoy con las redes sociales;  y no lo recuperaban, hasta incluso se animaban en hacer ejercicios…eso es satisfacción, y una alegría y orgullo enorme al ver que esto era por fin lo que describía en uno de mis sueños. 

Y lo logré, aquí estoy, día a día dando lo mejor de mí a los que me dan la confianza a diario en cambiar su estilo de alimentación, para conseguir sus objetivos y mejorar su salud. 

GRACIAS A TODOS.

  

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